jueves, 13 de febrero de 2014

RAÍLES



RAÍLES
EL LOBO JUGADOR
 

RAÍLES
La feroz lucha por la supremacía de las líneas ferroviarias.
 

            Raíles es un juego de creación y gestión de dinero, no de recursos, aunque pueda parecer lo contrario viendo la cantidad de cubitos de colores que entran en el juego. Pero los cubitos son mercancías, no recursos que debas necesitar para crear tus líneas ferroviarias, aunque sí para conseguir el dinero, que es lo que debes gestionar con cabeza, y los puntos de victoria. De todas formas, podemos considerar a Raíles dentro de los juegos que denominamos eurogames y de “cubitos”.
            Para 2-6 jugadores, fue creado por Martín Wallace y comercializado por Devir en ámbito internacional. En España estuvo a la venta por unos meses e inexplicablemente desapareció y ahora es difícil encontrarlo en nuestra lengua madre. Como curiosidad, añadir que las primeras ediciones de este juego eran sólo para 2-5 jugadores y que los marcadores de los jugadores (pastillas de madera de colores) poseían una gama de colores que tendían a la confusión y se crearon unos nuevos colores para las siguientes ediciones. Ya puestos, los de Devir aumentaron el número de jugadores a 6 y crearon una gama de colores más diferente. En las ediciones posteriores al cambio, se adjuntaba de regalo en el juego los colores antiguos, pero ya en las modernas ediciones esos colores no vienen.

De qué va.

            Es el siglo XIX y los jugadores representan a poderosas compañías ferroviarias que pugnan por tender líneas para trenes y trasladar mercancías de una ciudad a otra y obtener así beneficios comerciales. Cuanto más larga sea la vía de tren y ésta pase por más ciudades, más beneficios se obtienen cuando se trasladan las mercancías. Por tanto, si se tiene que dar requiebros ilógicos y dar mil vueltas se hace, que aquí lo que cuenta es el dinero y los puntos de victoria, no la comodidad de los pasajeros ni que las mercancías lleguen pronto a destino.
            Raíles viene en la caja básica con dos mapas impresos en cada cara del tablero. Uno es de Estados Unidos, que se suele utilizar para jugar la versión más avanzada o estándar. El otro mapa representa la región alemana de Rin-Rhur y se utiliza para la versión inicial o básica, ya que el mapa no tiene tantos accidentes geográficos que compliquen la vida a los jugadores. No obstante, tampoco, a nivel de juego, existen muchas diferencias entre la versión básica y la estándar, sino que es en la gestión y obtención del dinero donde nos damos cuenta de la diferencia entre una y otra versión.
            En la versión básica podemos pedir préstamos al banco cuando queramos, desaparece el mantenimiento del nivel de la locomotora y la subasta por el orden de turno. Esto permite una mayor holgura a la hora de jugar y poder planificar mejor la estrategia a largo plazo, pero, en mi opinión, precisamente le quita lo mejor al juego. La versión estándar sin duda es mucho más complicada y puñetera, sobre todo a la hora de tener que estar lidiando con créditos, costes y mantenimientos, pero es precisamente el andar siempre con el agua al cuello en cuestión de dinero donde encontramos la gracia al juego.
            El sistema de juego se basa en tender líneas ferroviarias por el mapa, uniendo ciudades y pueblos que podemos convertir en ciudades. Hay que tener cuidado al tender las líneas de tren pues hacerlo en sitios donde haya ríos, montañas o pueblos nos encarece los gastos. Una vez que tenemos nuestras líneas comerciales listas, podemos mover mercancías de una ciudad a otra siempre y cuando nuestras locomotoras nos lo permitan hacer. Cuanto más lejos traslades una mercancía, más ganancias obtienes, pero para mover tan lejos una mercancía necesitas poseer mayor nivel de tecnología en tus locomotoras. A mayor nivel de tecnología, el coste del mantenimiento por turno de tus locomotoras es mayor, con lo que corres el riesgo de caer en una espiral de créditos al banco y al final a la ruina y eliminación de la partida. Tender líneas de trenes también cuesta dinero y para eso tienes que solicitar préstamos a los bancos. Para mover mercancías, los cubitos de colores, tienes que tener en cuenta las reglas que te dicen que un cubito rojo sólo puede tener por destino una ciudad de su mismo color y que dicho cubito, al viajar, no puede pasar dos veces por la misma vía y/o ciudad. Asimismo, el cubito rojo se debe detener en la primera ciudad de color rojo con la que tope, no pudiéndolo mover a otra ciudad roja más lejos. El traslado de mercancías es lo que nos da los puntos de victoria, pero se puede elegir cambiar esos puntos de victoria obtenidos por dinero y evitar así los números rojos con los bancos que nos lastrarán durante la partida. Al final de la partida, cada línea ferroviaria tendida y completada nos dará un punto de victoria.

            Siendo original, Raíles bebe de otros juegos de recursos y en algunas de sus mecánicas de juegos encontramos dichas referencias. Por ejemplo, a la hora de elegir las losetas que nos dicen que acción inicial podemos realizar al inicio del turno, sacado de Puerto Rico, el tendido de las líneas ferroviarias inspirado en Aventureros al tren o el tema de las subastas de Alta Tensión. Con todo, Raíles es muy denso y original, creando, con su peculiar mezcla, un estilo propio.
            Vamos a resumir una fase de juego.
1-Adquirir dinero. Según la versión del juego, se comienza o no con dinero. Y si se comienza sin dinero, ya empezamos mal porque tendremos que pedir nuestro primer crédito a los bancos.
2-Determinar el orden de juego. Es la tan temida subasta. Una vez que se subasta el orden de juego, los jugadores, en estricto orden que para eso han pagado (o no) eligen una loseta que les indicará la acción a realizar. Son estas:
            a-Orden de turno. Permite al jugador reengancharse a la subasta o ser el primero el próximo turno dependiendo de la versión del juego.
            b-Mover mercancías. El jugador será el primero en mover mercancías independientemente del orden de turno previo.
            c-Ingeniero. El jugador podrá construir cuatro tramos de vías en vez de tres, pagando su coste, claro.
            d-Primer constructor. El jugador será el primero en construir tramos de vías independientemente del orden de turno previo.
            e-Crecimiento urbano. El jugador podrá rellenar de mercancías una ciudad que ya nos las tenga del grupo de mercancías de reserva. Sólo se puede rellenar una ciudad una vez por partida.
            f-Mejora de locomotora. El jugador podrá mejorar en +1 el nivel de tecnología de su locomotora con un coste.
            g-Urbanizar. Con esta loseta, el jugador podrá convertir un pueblo en ciudad rellenándola con un grupo de mercancías de la reserva.
3-Construir vías. Los jugadores, en orden, eligen construir o no las vías. El jugador que haya elegido la loseta de Primer constructor será el primero en construir vías independientemente del orden de los jugadores. Sólo se pueden construir tres vías con un coste que varía según la vía y el camino y el jugador con Ingeniero podrá poner cuatro.
4-Transportar mercancías fase 1. En esta fase los jugadores tienen dos opciones: o mueven mercancías, o mejoran en un nivel la tecnología de sus locomotoras.
5-Transportar mercancías fase 2. Una vez que los jugadores han elegido, o no, mejorar el nivel de sus locomotoras, ya no podrán volver a hacerlo más en el turno, así que sólo les queda la opción de mover mercancías si pueden y lo desean. Al igual que construir vías, no es obligatorio mover los cubitos, pero claro, hay que tener en cuenta que es el transporte el que nos da los puntos de victoria y el dinero.
6-Equilibrar cuentas. El momento temido de los pagos. Se paga el mantenimiento del nivel de las locomotoras, los intereses de los créditos debidos a los bancos o se cobra en caso de conseguir beneficios.
            Y de nuevo se comienza. Dependiendo del número de jugadores, habrá más o menos turnos de juego.

Lo peor.

            Indudablemente, Raíles es un juego muy denso, no es ideal para comenzar en el mundo de los juegos de mesa porque su complejidad necesita de una cierta experiencia. No es que sea un juego para mentes prodigiosas, pero es de esos que necesitan mucha concentración, pensar a largo plazo y estar al quite con los gastos. Además, y esto es bastante malo, los jugadores pueden ser eliminados del juego cuando se adeudan demasiado con los bancos y no pueden hacer frente a los gastos.
            Otro defecto es que jugador que se queda atrás y endeudado, ya es prácticamente imposible que logre remontar la partida, con lo que el nivel de frustración aumenta. Es bastante exponencial, lo que significa que cuanto peor te vayan las cosas, más difícil lo tendrás para ganar y, al contrario, cuanto mejor vayas, más fácil lo tendrás.
            Otro punto en su contra es su absoluta falta de variantes. Con un complejo mecanismo de juego, resulta sorprendente que no presente diferentes formas de comenzar la partida. Es como es, punto, y si consigues crear una táctica que te de la victoria lo más seguro es que te sirva siempre para ganar. La única forma de que no te funcione, pues el factor azar en Raíles no existe, es que los demás jugadores te rompan las estrategias. Pero cuando los jugadores son novatos, el jugador veterano tiene una excesiva ventaja.

Lo mejor.

            Es un juego con mayúsculas, de esos que terminas la partida y quedas con el cerebro agotado de tanto pensar y sufrir por los malditos créditos solicitados a los bancos. Es el juego ideal para subir niveles como fanático de los juegos de mesa. Si crees que Colonos de Catan, Carcassone o Aventureros al tren se te quedan cortos, Raíles es entonces el siguiente paso. Es terriblemente competitivo y una vez superadas las primeras explicaciones te darás cuenta que las reglas no son difíciles de entender. Lo que es complejo es el juego, diseñado así a propósito para hacerte pasar un día estupendo.
            La presentación es muy buena, con un tablero de dos caras, dos sistemas de juegos y las fichas en madera que siempre quedan mejor. Como pequeña pega, que el dinero sea tan pequeño y en cartón. Por lo demás, un muy buen juego a un más que asequible precio.
            Como consejos finales, te diría que no juegues muy de seguido a Raíles, pues corres el riesgo de terminar cogiéndole manía, sobre todo si no ganas. Raíles es para jugarlo de cuando en cuando y, sobre todo, no intentes iniciar a nadie en los juegos de mesa con Raíles. Recomendaría también que los jugadores fueran experimentados, pues así se disfruta más el juego que no con un jugador que se las sabe todas y el resto novatos puesto en primera línea para ser masacrados. Raíles es muy buen juego y deberías probarlo mínimo una vez.